El Espíritu Santo revela el Amor
07-03.15
El Espíritu Santo revela el Amor
“...Porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”. (Romanos 5:5)
PASAJE COMPLEMENTARIO: Gálatas 5:13-26
A medida que permitimos que el Espíritu Santo se manifieste en nuestra vida, vamos descubriendo el gran e incondicional amor de Dios. Si hay alguna necesidad en el ser humano es la del amor, y la carencia de éste le lleva a vivir conflictos en el alma. Sin embargo, el amor que necesitamos es el amor sobrenatural de Dios, el cual no es inalcanzable ni está oculto, pues se manifestó hace más de dos mil años encarnando en la persona de Jesucristo. Ese es el amor justo, puro, equilibrado que nos señala el camino de la sanidad y la liberación que todos lo necesitamos para que también nos enseñe a brindarlo a los demás.
Este tipo de amor se hace difícil de aceptar por aquellos que tienen esquemas mentales fruto de experiencias de rechazo. Sin embargo, al que lo acepta y lo recibe, este amor puede llenarle el vacío dejado por un padre que no supo satisfacer sus necesidades como hijo. Este amor es el único capaz de sanar la herida dejada por el engaño, o el dolor causado por el fracaso. Este amor, el amor de Dios derramado en nuestro corazón, es capaz de sanarlo todo, de limpiarlo todo. Este es el amor que reedifica, que levanta las ruinas de un corazón apocado, que desafía a vivir la nueva oportunidad. Este amor con el cual contamos es el motivo de nuestra existencia.
Dios es amor, su esencia es amor, su naturaleza es amor, y nada ni nadie podrá cambiar esta verdad; ese amor sólo puede transmitirlo y aplicarlo a nuestra vida el Espíritu Santo. Cuando aceptamos esta clase de amor que nos ha sido dado en Jesucristo, caminamos por la senda de la sanidad en el espíritu, el alma y el cuerpo. El es la luz que guía nuestro camino. Por consiguiente nunca debemos dejarla apagar. Sólo en la comunión con el Espíritu Santo, esa maravillosa provisión de amor se hace real en la vida de aquél que está dispuesto a dejarse moldear por Él, entendiendo que el camino a la bendición esta allanado por la obediencia. Por eso el apóstol Pablo nos recomienda andar en el Espíritu (Gálatas 5:16) Abra su mente y su corazón al Espíritu Santo, el «Consolador», quien con su presencia sobrenatural puede y quiere transmitir ese amor a su vida.
HABLEMOS CON DIOS
“Padre Amado, gracias por tu infinito amor. Por el gozo y la alegría con que invades mi ser cada día cuando temprano te busco. Hoy te entrego mi corazón para permitir que tu Santo Espíritu me siga moldeando, cambiando mis esquemas y haciendo de mí, esa persona que testifica de ti. Permíteme ser instrumento de tu amor para otros, que pueda dar incondicionalmente mi tiempo y cuidado a todos aquellos que me has entregado como mis hijos, discípulos, familia y amigos, Amén”.
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